miércoles, 6 de julio de 2011

Días lluviosos

Hay algo especial en los días lluviosos, quizás es la melancolía implícita o la reflexión que implican. Bien podría ser la forma en la que el cuerpo se estremece y lucha por conservar su calor. No sé definirlo, pero me encanta, la naturalidad; la fuerza; la frescura que cada gota de lluvia aporta a la vida. 


Creo firmemente que no hay nada como caminar bajo un helado aguacero, indistintamente de si se va solo (y se disfruta el contacto con la naturaleza), o si se puede compartir la experiencia con un buen amigo teniendo la diversión asegurada. 


Es igual de lindo ver llover sin mojarse, en la comodidad de la casa con un rico té o una taza de chocolate. Lo único que lamento es que en México (DF) no cae nieve y las gotas se nos mueren antes de llegar a florecer.

En lo personal siempre he preferido el frío al calor, bien, pues ahora ya llegó la época de lluvias pronto será otoño. Apenas puedo esperar por la famosa luna de octubre. Eso sin mencionar mi amado invierno, como cada año cruzaré los dedos esperando que la temperatura decaiga y nos regale una nevada. Sé que, aún con el cambio climático, eso semi imposible pero la esperanza es lo último que muere. Además los días lluviosos se hicieron para soñar despierto.

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