viernes, 8 de agosto de 2008

La rebelión de los gatos de Cheshire




El gato de Cheshire se sentó en la rama de un árbol, le gustaba hacerlo a menudo, para tener una mejor perspectiva de lo que lo rodeaba. Después, entrecerró los ojos y se puso a reflexionar. "Es extraño cómo las cosas invisibles permanecen", se dijo a sí mismo. Y es que cuando nadie mira algo, ese algo sólo existe dentro de sus propios límites.

Nunca los había visto, pero era lógico suponer que en el mundo había muchos gatos de Cheshire justo como él. Claro, la gente no los nota. A veces porque los gatos prefieren pasar desapercibidos y otras, la mayoría, porque la gente prefiere no verlos.

Se preguntó si todos estaban igual de hartos de ser ignorados y tener que esconder sus palabras tras su enigmática sonrisa y su invisibilidad, confinados a las leyes maltrechas de una lógica que no podía aplicarse a todo ni a todos. No se puede afirmar que algo no existe sólo porque no se le ve.

De pronto, sucedió...

¡Los gatos de Cheshire han decidido revelarse!

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