sábado, 29 de septiembre de 2012

Esa es otra historia... que nunca termina

Confieso, sin pena alguna, que mi primer contacto con "La historia sin fin" fue la película. Sí, esa donde Falcor parecía un adorable perro grandote y no un dragón de la suerte. Amo a los perros así que eso no me causó mayor conflicto. No obstante, la película sí me hizo querer el libro. Por lo general las películas siempre se quedan cortas ante los libros, pero la verdad es que no hay modo de hacerle honor al relato de Michael Ende en un filme. La edición que leí era una verdadera obra de arte a mis ojos. Cada letra de inicio de un capítulo (van de la A a la Z) iba bellamente ilustrada como si de un libro medieval se tratara. Además estaba impreso a dos tintas, la verde que cuenta la historia de Fantasía y la roja para la "realidad".

La historia interminable es un cuento dentro de un cuento, pero más allá de eso, es una historia que nunca acaba. Así como la creatividad. Cada capítulo concluye con las icónicas palabras "pero esa es otra historia...". Mi mente ha creado y recreado más de una vez lo que pudo haber pasado con cada uno de los personajes de Fantasía cuya historia Ende nunca terminó de contarme. Supongo que de ahí viene el nombre, el lector avispado se dará cuenta de como los relatos de Fantasía nunca se acaban, la Nada poco puede hacer en ese reino fértil .

Algunos dicen que más que un libro dentro de un libro, "La historia interminable" es una oda al oficio del escritor y lector. Así todos seríamos Bastian cuando nos quedamos atrapados en un muy buen libro, sin querer soltarlo. Atreyu representa a nuestros ideales, esos personajes con los cuales nos identicamos tanto que quisiéramos ser ellos. La Nada, destructora de Fantasía nos recuerda la carencia de imaginación que ataca a las personas, las deja sin creatividad ni sueños.

La misión de Bastian para darle un nombre a la Emperatiz puede representar que por mucho que Bastian ame la lectura, en algún punto debe armarse de valor y dar un paso más: crear sus propias historias.  La Emperatriz es justo esa chispa de inspiración bella, dulce e inocente que origina las nuevas historias. Del mismo modo el viejo de la Montaña Errante es el rigor que se necesita para escribir, todo lo arduo en la escritura. "Las letras no siempre la trataban bien" llega a decir la novela sobre la niña Emperatriz.  Como escritora sé que a veces los creadores somos los más sádicos con nuestros propios personajes. Al final, Bastian va olvidando sus recuerdos  del mundo real, pero al olvidarlos todos él mismo estaría vacío, ya no podría desear nada ni regresar al sitio de donde vino. Más o menos lo mismo le pasa a un escritor, toda su obra parte de una minuciosa observación de la realidad. Sin eso no se podría escapar de ella ni crear nada.

Esa lectura llena de simbolismos permea el libro. Me llama la atención que la "malvada" Xayide (uno de mis personajes consentidos por su increíble astucia y por ser hechicera claro) tiene un ojo verde y otro rojo. Como las dos tintas del libro. Tal vez ella y nadie más, sea capaz de ver ambos mundos al mismo tiempo. Pasaron años y muchos borradores de mis obras antes de que viera esas metáforas en "La historia interminable". Cuando niña, la primera vez que la leí, simplemente me cautivó. Me ayudó a imaginar más y más. Mi mente era un terreno fértil de una especie de Fan-Fiction (término que en ese entonces no conocía) afanada en pensar historias para los personajes de cada capítulo inconcluso.

Más allá de eso, yo también era un poco Bastian. No era regordeta como él, pero sí una de esas tantas víctimas de Bullying en la escuela que se escapaba a sus propios mundos para hacer más tolerable la realidad. Primero fueron los libros, luego mis propias historias. "La historia interminable" fue una de esas diversas fuentes que lograron regar la creatividad en mí, haciéndola fuerte, fértil y bien robusta. Como mi propio y personal Yggdrasil. Es por eso que la novela de Ende se ha coronado como una de mis favoritas de toda la vida. Ese libro que nunca me canso de releer, en el que siempre sigo hallando algo nuevo. Junto con "El principito" de Antoine de Saint-Exupéry se trata de dos de las lecturas que más marcaron mi infancia, pero esa ya es otra historia...

8 comentarios:

  1. A mi tampoco me gusto el filme, lo encontré empalagoso, aunque la música era buena. En ese tiempo, yo era de las que creia que toda la fantasía era para alumnos de kindergarten. Voy a tener que echarle un ojito uno de estos días.

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    1. De verdad que el filme es algo superficial. No que sea espantoso, pero amiga es como querer reducir aunque sea un libro de Canción de fuego y hielo a 90 minutos. No hay modo. De verdad te lo recomiendo mucho, es un libro que te hace soñar y te levanta el ánimo. Creo que por eso me gustan tanto los libros para niños la "propper literature" y su amor por el "doom" no es algo para leer todo el rato :P

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  2. Bueno, no se si los comentarios de los artículos antiguos se leen, pero igual me gustaría compartir algo. Lo bueno de una película es que te sugiera lo suficiente como para leer el libro. Yo también fui victima del Bullying, veinte años antes de saber qué era eso, y cuando ingresé a la adolescencia, aunque las cosas cambiaron, esa cierta sensación de paria ya me había calado lo suficientemente hondo. Ver el mundo, con esa inocencia que inevitablemente se va desgastando, nos obliga a notar que hay miseria, decadencia, hastío, que está hecho con demasiados remiendos grises. Así, cínica, rebelde, y triste el amor a la lectura y al cine me salvó. Me enseñó a amar la ilusión, a amar el amor, a ser una poeta boba, a soñar historias interminables, a tener fe, a creer que el mundo no eran solo jirones grises, a creer que habían mil mundos más, que en cualquiera podía morar yo.

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    1. Claro que leen -al menos yo los leo-. La verdad es que el Bullying siempre ha existido, hasta ahora le ponen un nombre generalizado, pero siempre ha estado ahí. Nunca falta el abusador y eso deja secuelas que los que no han pasado por ese acoso ni se imaginan. Te entiendo porque sí, uno se vuelve un tanto cínico y sombrío después de tanto golpe, tal vez es consecuencia lógica de cuando uno se vuelve fuerte. En fin, lo bueno es que salimos adelante gracias a los libros y eso es doble ganancia. Un abrazo :)

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  3. Yo también tuve mi primer contacto con La Historia Interminable con la película, la que me encantó (igual era chica e ingenua).
    La segunda película me gustó más (pero porque el protagonista era un niño lindo; no recuerdo la trama de esa segunda película).
    Conocí el libro en la Universidad (bastante grandecita, ¿no?), y me lo devoré en tres días. Y después tuve que releerlo con más calma.
    Me gustó mucho tu comentario y la simbología que hallaste en el libro, Creo que es muy acertado.

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    1. Gracias por pasarte por mi blog y comentar :)

      Sí, igual cuando una es pequeña las películas impresionan más, pero lo cierto es que muchas veces las películas nos mandan al libro y esa es una de sus grandes virtudes. :)

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  4. Bueno, tal parece que es cierta la frase de "Dios los cría y ellos se amontonan"... parece que todas hemos sido más o menos víctimas del bullying antes que este tuviera nombre... los bichos raros, los nerds, los "frikis", como les dicen ahora. Yo era la "tragalibros", la que prefería gastarse el dinero en un ejemplar nuevo y no tener un nuevo pantalón para salir con los amigos. Me gustaba leer, me gustaba estudiar, me gustaba la magia y hablaba medio raro... en fin, imagínense.
    Por eso La Historia Interminable fue como haber llegado a casa. Una sensación de "ven, estás entre iguales, aquí te comprenderemos" como no la había sentido nunca. Durante años usé un anillo con forma de serpiente de dos cabezas, en honor a la Emperatriz Infantil (desde los 14 hasta los 28, cuando me casé y tuve que dejarle el dedo anular a la alianza matrimonial... pero el anillo de la Emperatriz todavía lo tengo guardado, eh...)
    De modo que ha sido un enorme gusto encontrarme contigo, Scarlett, y ahora con esta reseña... gracias, gracias, gracias... gracias a todas por estar ahí!

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    1. Una de esas cosas maravillosas de la literatura es que nos une.De peque siempre hallaba fuerza en los libros, aún de adulta lo hago. Creo que tiene que ver con el hecho de que nos recuerdan que sin importar lo ordinaria que nos parezca nuestra vida en realidad somos los héroes de nuestra propia aventura.
      Así que es muy bueno saber que el mundo está lleno de gente rara, que es lo que hace falta para darle sabor a las cosas. Un beso enorme :)

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